Cuando pienses en la expresión “riesgo de caídas de altura”, probablemente venga a tu mente imágenes de trabajadores suspendidos de una cuerda en la fachada de un edificio en una altura de diez pisos. Pero hay que tener en cuenta que las caídas en altura son un riesgo presente en todas las empresas.
Evidentemente, una caída desde 30 metros de altura tendrá consecuencias fatales, pero, desde nuestro análisis de los accidentes ocurridos por caídas, no dejamos de ver trabajadores precipitados desde alturas mucho más pequeñas con lesiones y secuelas muy graves.
En España mueren cada año alrededor de 50 trabajadores por golpes a consecuencia de caídas, y es la tercera forma de accidente mortal en jornada de trabajo más frecuente (10%), tras las patologías no traumáticas (44%) y los accidentes de tráfico (14%).
Ningún sector de actividad económica se libra de ellos, aunque algo más de la mitad (55%) ocurren en la construcción, el resto se reparten entre los sectores de servicios (27%), industria (14%) y agrario (4%).
Accidentes mortales por caída
Fuentes:
ATR-A.4.6 de Informe anual accidentes laborales MEYSS 2015.
Base de datos de casos mortales de la Dirección de Prevención de Asepeyo. Análisis del periodo 2010-2015.
Y la pregunta que deberías hacerte es la siguiente: ¿son más arriesgados trabajos verticales tales como el mantenimiento de las palas de un aerogenerador?, o por el contrario ¿lo son aquellos tales como los cambios de cartelería o colocación de las luces de navidad en un comercio?
Generalmente, los primeros trabajos se realizan por trabajadores con una amplia formación, con una valoración del riesgo apropiada y utilizando unos equipos de trabajos y protección en correctas condiciones. Mientras que el segundo tipo de trabajos habitualmente se realizan por personas sin la debida formación específica, utilizando escaleras no adecuadas para esos trabajos y realizando movimientos desestabilizadores mientras están subidos a ellas.
Las escaleras manuales pueden parecer un equipo de trabajo que no conlleva riesgo, pero éste es, sin duda, uno de los principales equipos en los que se valora el riesgo de manera inapropiada
Esto es debido, entre otros factores, a no tener en cuenta la gravedad de una caída, a la disponibilidad de la escalera en la empresa y a la simplicidad aparente de su manejo. Para ello, es necesario analizar en qué condiciones se encuentran estos equipos, quién los utilizará y siguiendo qué instrucciones específicas. No se debería olvidar que un 22% de los accidentes mortales por caída se producen desde escaleras de mano.
La utilización de otros equipos de ascenso-descenso auxiliares tales como andamios tubulares, andamios máquina y plataformas elevadoras (PEMP), también trasladan la necesidad de realizar un correcto montaje (de acuerdo al Real Decreto 2177/2004 y a las indicaciones del fabricante), de conocer y cumplir las instrucciones sobre su manejo y de mantener unas óptimas condiciones de conservación; siendo importante que exista una correcta coordinación entre las empresas propietarias / montadoras y la empresa usuaria final.
Para el control del riesgo de caída en altura, el primer paso es plantearse en qué situaciones (habituales o esporádicas) los trabajadores están expuestos a dicho riesgo, analizando las operaciones que realizan y las condiciones de sus lugares de trabajo, con el objetivo de realizar una adecuada evaluación de riesgos
De esta manera, podrás identificar qué elementos ubicados a cierta altura, son susceptibles de necesitar un control, inspección, mantenimiento y reparación (llaves de paso, contadores, luminarias, sensores, equipos de climatización, etc…) y qué huecos y aberturas se deben proteger.
Así mismo podrás, por ejemplo, preparar su cubierta para posibles labores de mantenimiento; planificar quién y de qué manera segura accederán a dicha cubierta; qué equipos de protección individual utilizarán y cómo lo harán; mejorarás tu plan de emergencia al planificar cómo se realizará la evacuación de un trabajador evitando riesgos como el “trauma por suspensión”, etc…
No debes pasar por alto ciertas operaciones que se realizan de manera puntual o esporádica, y que en ocasiones no quedan reflejadas en la evaluación de riesgos:
- Operaciones de apertura/cierre de llaves de paso en tuberías.
- Colocación del nuevo stock en los lineales de las tiendas.
- Acceso a cubiertas (en especial cubiertas frágiles y cubiertas con claraboyas).
- Acceso a la parte superior de las estanterías para retirar un producto.
- Reparación y limpieza de sistemas de climatización.
- Acceso a zonas superiores de las instalaciones/máquinas para labores de supervisión.
Es muy habitual que esta nueva concurrencia de diferentes empresas en el mismo lugar, cambie las condiciones del lugar de trabajo a la que están acostumbrados los trabajadores, dificultando en estos la percepción de los nuevos riesgos (nuevas aberturas verticales y horizontales…)
Este análisis de las condiciones de trabajo te será de gran utilidad cuando vayan a trabajar a tus instalaciones trabajadores de otras empresas contratadas (Real Decreto 171/2004, por el que se desarrolla el artículo 24 de la Ley 31/1995 de LPRL).
Es importante señalar que como empresario deberás informar a tus contratas sobre los riesgos de tu propio centro y de las condiciones de los lugares de trabajo, indicando aspectos como el estado de conservación de las cubiertas, aberturas presentes, etc…. Todo ello sin olvidar la responsabilidad que tienes como empresario en que tus contratas trabajen de una manera segura, cumpliendo los procedimientos establecidos previamente a comenzar los trabajos y utilizando los medios adecuados de prevención / protección frente a caídas.
Coordinación de actividades en trabajos en altura
A continuación te presentamos un ejemplo ilustrativo de la coordinación de actividades preventivas en las caídas de altura. 2 personas de 2 empresas diferentes trabajando en un mismo lugar: un trabajador en un plano superior subido en una plataforma elevadora y el otro circulando por debajo en una carretilla.
Autor: Bea Barrena
Futuro de la prevención en caídas de altura
A pesar de todo lo descrito anteriormente, todas estas planificaciones, proyectos, procedimientos y normas, por muy bien elaboradas que estén, no serán de ninguna utilidad si no se transmiten de manera adecuada desde la dirección de la empresa a los trabajadores, siendo muy necesario el compromiso de toda la estructura de la empresa, en especial de los mandos intermedios que trasladan esas instrucciones, supervisando su cumplimiento y de los recursos preventivos que están presentes durante la realización de dichas actividades.
El avance de nuevas tecnologías va a permitir eliminar o reducir ciertas situaciones de riesgo de caídas de altura
El futuro pasará por el empleo de “drones” (vehículo aéreo no tripulado) para acceder a zonas elevadas del interior de las empresas y realizar labores de control y supervisión (cubiertas, interior de depósitos…). En el exterior (cuando se desarrolle la legislación correspondiente), se podrían emplear drones para realizar determinadas inspecciones en obras de construcción e ingeniería civil (puentes, viaductos, canteras…).
El desarrollo de los sistemas de “realidad aumentada” incorporados en ópticas portátiles facilitará las labores de mantenimiento sin acceder a determinadas zonas elevadas. Y un correcto diseño en proyecto de válvulas controladas a distancia mediante redes inalámbricas así como la instalación de cartelería digital, también contribuirá a reducir el acceso a dichos lugares elevados.
Por todo ello, no debería olvidar que el “riesgo de caídas de altura” está presente en empresas de todos los sectores de actividad y que las consecuencias son lo suficientemente graves como para dedicar un tiempo a evaluar su empresa identificándolo y poniendo los medios necesarios para su prevención.
Álvaro Redondo Bañuelos
Ingeniero Técnico Industrial
Consultor en Prevención de Asepeyo