Con la llegada del periodo estival, las altas temperaturas se convierten en un factor de riesgo laboral de primer orden, una situación agravada por los efectos del cambio climático. La exposición a calor intenso puede provocar agotamiento, deshidratación y, en los casos más graves, un golpe de calor, que puede tener consecuencias fatales.
La seguridad y salud de todos los trabajadores es una responsabilidad compartida. Por ello, es fundamental que tanto empresas como empleados conozcan las medidas preventivas necesarias para minimizar este riesgo. Debe estar bien evaluado y valorado para una gestión eficaz.
Para facilitar esta labor de sensibilización y prevención, el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), Asepeyo y muchas otras entidades desarrollan en diferentes portales información clave sobre los factores meteorológicos adversos, incluyendo el estrés térmico por calor.
Es importante contar con fichas informativas y material de sensibilización para implantar medidas efectivas como:
- Adaptación de horarios y pausas.
- Hidratación constante.
- Uso de ropa adecuada y equipos de protección.
- Aclimatación y vigilancia de la salud.
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